Al menos 37 menores y dos empleados en un albergue para jóvenes inmigrantes de Chicago han dado positivo por COVID-19 en días recientes, en lo que parece el brote del virus más grande del país en albergues para menores no acompañados.
Según un correo electrónico enviado a los empleados el domingo, funcionarios de Heartland Human Care Services dijeron que el primer resultado positivo de las pruebas fue reportados el viernes y que casos adicionales fueron confirmados a lo largo del fin de semana.
El lunes, oficiales de Heartland Alliance, la organización coordinadora sin ánimo de lucro que dirige el programa de albergues, confirmaron las pruebas positivas y dijeron que esperan que habrá más casos.
“Estamos trabajando bajo la premisa de que veremos diagnósticos adicionales positivos cuando recibamos los resultados de otras pruebas que han sido administradas, y las medidas que estamos tomando para asegurar la salud y seguridad de nuestros participantes y empleados están basadas en esa premisa,” escribió Mailee Garcia, una portavoz del organismo, en una declaración. “El pronóstico para todos los niños bajo nuestro cuidado es muy bueno, y seguimos enfocándonos en el bienestar y la salud de nuestros participantes.”
Apenas ocho casos de COVID-19 habían sido confirmados hasta el lunes entre niños y adolescentes albergados en otros centros alrededor del país, según la Office of Refugee Resettlement (Oficina de Reubicación de Refugiados, u ORR por sus siglas en inglés), que supervisa el programa nacional de centros de acogida. Estos incluyen seis casos en Nueva York y dos en Texas.
COVID-19 es una amenaza menos seria para menores que para adultos.
Heartland, según copias del correo electrónico obtenido por ProPublica Illinois, empezó “a intentar conseguir exámenes” para menores en el albergue de Bronzeville después de que algunos de ellos mostraron “síntomas del tipo COVID-19”, escribió David Sinski, director ejecutivo de Heartland Human Care Services.
El correo electrónico no detalla los síntomas, cuándo se manifestaron o cuándo a los menores se les hizo la prueba. Pero para el viernes, oficiales de Heartland se enteraron de que uno de los “participantes”—como se llama a los niños y adolescentes inmigrantes —había dado positivo.
El sábado, se informó a los funcionarios de que tres menores adicionales habían dado positivo. Para la mañana del domingo, habían recibido diagnósticos positivos de COVID-19 de otros 15 niños, llevando el total a 19. El martes, funcionarios de Heartland dijeron que el total había llegado a 37. Según la organización, 28 de los 37 menores habían sido asintomáticos cuando se les hizo la prueba. Dos empleados también han tenido resultados positivos.
“Comprendemos que recibir estas noticias les puede dejar con una sensación de incertidumbre y miedo,” Sinski escribió al personal. “Quiero que sepan que tenemos el compromiso de proveerles con la información que necesitan para mantenerse sanos y seguros ustedes y sus seres queridos.”
No queda claro las edades que tienen los menores infectados o de qué países vienen. Pero el centro de acogida de Bronzeville, una residencia de ancianos reconvertida de cuatro pisos con una capacidad de hasta 250 niños y niñas, tiene licencia para albergar menores desde la infancia a los 17 años.
Oficiales dijeron que transfieren a los menores “inmediatamente” a un ambiente aislado si muestran alguna señal de cualquier enfermedad, incluida COVID-19, para minimizar cualquier riesgo de contagio comunal. Desde el sábado, Heartland ha “aumentado nuestras medidas de distanciamiento social” en los albergues para limitar contacto entre menores y entre menores y empleados, dijo Garcia.
En su correo electrónico, Sinski escribió que los demás menores en el centro están siendo testados y que espera los resultados para el martes. También pidió a todos los empleados que trabajaron en los pisos donde vivían los menores infectados que se quedaran en casa, recibiendo su sueldo, durante dos semanas. Miembros del personal que hacen “actividades específicas” con menores recibirán mascarillas N95, batas de hospital y guantes, y están siendo controlados para detectar síntomas de COVID-19 antes de cada turno laboral.
Oficiales de Heartland dijeron que están contratando a enfermeras adicionales para que permanezcan en el albergue durante cada turno. También están explorando un modelo “padre de casa” en que un sub-grupo de empleados se quedarían en el centro a tiempo completo durante las semanas que vienen, dijeron los funcionarios.
Oficiales de Heartland dijeron que la organización está en contacto directo con ORR y con oficiales de salud pública de la ciudad.
Albergues para menores inmigrantes, asilos de ancianos y otros centros deben informar a la ciudad de Chicago cuando hay dos o más casos positivos de COVID-19, según una orden de marzo. El Departamento de Salud de la ciudad entonces otorga “directrices específicas a los empleados del centro sobre el control de infecciones, incluido protocolos de limpieza y cómo manejar adecuadamente a los individuos que dan positivo para COVID-19 y a los que han sido expuestos,” dijo un portavoz en una declaración, añadiendo que grupos de casos han sido identificados en “varias instalaciones.”
Garcia dijo que la organización está “haciendo todo lo que podemos para exigir equipos de pruebas adicionales para participantes y empleados en nuestros programas.” Añadió que “nuestros equipos han sido campeones estelares y valientes durante esta pandemia, comprometidos tanto a un alto nivel de cuidados de calidad como siendo creativos y solidarios entre ellos durante esta época de desafíos. Son verdaderos héroes.”
El Illinois Department of Children and Family Services (Departamento de Servicios para Menores y Familias), que otorga las licencias para los centros, ha sido notificado de que menores en el centro de acogida dieron positivo. “Estamos en contacto, y estamos ofreciendo ayuda,” dijo un portavoz de la agencia, Jassen Strokosch.
Oficiales de Heartland dijeron que una empresa de limpieza profesional ha llevado a cabo múltiples limpiezas del centro durante la última semana y seguirá haciendo limpiezas profundas cada semana.
Según las directrices de la ORR para limitar el avance de COVID-19, los niños que tienen síntomas y son recomendados para pruebas deben ser aislados de otros niños mientras se esperan los resultados. Los programas de los centros de acogida son obligados a verificar las temperaturas de los menores inmigrantes dos veces al día y avisar a la ORR si un niño tiene una temperatura superior a los 100 grados. La ORR también ha implementado una verificación obligatoria de temperatura para cualquier persona que entra en un albergue, según oficiales.
La ORR también ha dejado de ubicar a menores en albergues en California, New York y Washington, con limitadas excepciones, y dijo que se está intentando encontrar centros locales para menores inmigrantes recién llegados para evitar viajes aéreos. Antes, los menores eran transferidos a centros alrededor del país donde había camas disponibles.
Alrededor de 2,800 menores están siendo retenidos en el sistema nacional de albergues. Hay 69 menores en tres albergues administrados por Heartland. La organización operaba anteriormente cinco centros, todos en Chicago, pero ha consolidado el programa en respuesta al COVID-19. “Nuestro censo era inferior y consolidar centros nos ha permitido implementar medidas…para salvaguardar la salud de nuestros empleados y participantes,” dijo una portavoz.
Ningún menor ha dado positivo para COVID-19 en otro grupo de albergues en Illinois administrado por Maryville Academy, una agencia católica de bienestar infantil, dijo la hermana Catherine Ryan, directora ejecutiva de Maryville. Aproximadamente 30 adolescentes son albergados actualmente en dos centros de Maryville.
“Estoy muy agradecida de que todos nuestros menores están bien,” dijo Ryan. “Obviamente, estamos tomando muchas precauciones para mantenerlo así.”
Abogados y activistas para menores inmigrantes detenidos dicen que han estado preocupados de que un brote pudiera darse en un centro de acogida. Abogados fueron a los tribunales a finales de marzo para pedir al gobierno federal que adelantara la liberación de menores bajo su custodia.
“Ha sido nuestra preocupación todo el tiempo como activistas que las cárceles, prisiones, centros de detención, hasta albergues de detención con licencia, es donde vamos a ver brotes masivos y donde va a ser exponencialmente más alto que en la comunidad general,” dijo Holly Cooper, co-directora de la Clínica de Ley de Inmigración de la Universidad de California, Davis.
Cooper dijo que le preocupan especialmente los menores que tiene condiciones preexistentes que no han sido identificadas por oficiales de los albergues o la ORR, y que les harán más vulnerables al COVID-19.
“La meta,” dijo, “es sacar a los menores de cuidados congregados porque no hay forma en que puedan cumplir con las indicaciones [del Centro federal de Control y Prevención de Enfermedades] aún si estás usando todo el producto de limpieza de manos del mundo.”
Duaa Eldeib contribuyó como reportera a este reportaje.
Traducción por Carmen Méndez.
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